Estaba muy equivocado, pero no estaba solo. Durante años, la élite literaria ha rechazadopublicar libros que luego se han convertido en los más conocidos y queridos del mundo.
Durante siglos, agentes y editores han elegido quiénes serán los autores con acceso a una potencial audiencia de millones de personas.
Ahora, sin embargo, un creciente ejército de escritores rechaza el modelo editorial tradicional, gracias a las nuevas tecnologías y a la popularidad de los dispositivos electrónicos que reproducen los libros digitales.
Algunos escriben por placer, otros porque lo ven como una realización creativa y también hay otros que escriben simplemente para ganar dinero.
Para los afortunados que l hacen bien, las recompensas pueden ser sustanciales: las ventas de libros electrónicos en EE UU crecieron casi un 50% el año pasado (de 17,5% en 2011 pasaron a 23,3% en 2012) y más del doble en el Reino Unido (de 5,8% en 2011 a 14,3% en 2012), mientras que las ventas tradicionales de libros impresos siguen estancándose o, incluso, disminuyendo.
Rechazo
Paul Pilkington comenzó a escribir comedia a finales de 1990, mientras trabajaba a tiempo completo para el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés).
A pesar de las buenas críticas, se desilusionó debido a la falta de interés de los agentes. Por eso decidió satisfacer su pasión por las novelas de suspenso y escribir obras de ese género.
"En lugar de cartas de rechazo estándares, comencé a recibir rechazos personalizados, acompañados de una explicación", explicó Pilkington.
Pero todo cambió cuando recibió una tableta Kindle de regalo hace dos años y las posibilidades de autopublicación se volvieron tentadoramente claras.
Paul decidió publicar las dos novelas que tenía listas en tantas plataformas como pudo encontrar: Amazon, Smashwords, Kobo, Nook Press y iBooks. Para maximizar las ventas ofrecía el primer libro gratis con el fin de atraer lectores y cobraba 1 libra (US$1,56) por el segundo.
Antes de darse cuenta, y a pesar de la competencia de cientos de miles de otros títulos, su libro The One You Love (La Persona que Amas) encabezó en EE UU la lista de éxitos de e-books gratis en Amazon y, en las siguientes dos semanas, también ocupó el puesto número uno en el Reino Unido.
Mejor aún, su estrategia de ventas funcionó, y su segunda novela entró en el top 100 de libros pagados en EE UU y en el top 15 en el Reino Unido. Le fue tan bien, que hasta duplicó el precio.
Paul ahora está trabajando en una tercera novela de la serie y ha vendido más de 160.000 libros hasta la fecha, sin contar las 2,2 millones de descargas gratis. Con comisiones que van del 35% al 70% dependiendo de la plataforma, los nuevos ingresos han ayudado a mejorar el salario de maestro de Paul.
Pero para él, nunca se trató de un asunto de dinero.
"Sólo quiero que otros lean y disfruten mis libros. Recibo correos electrónicos de todo el mundo, incluso de lugares de los que nunca he oído hablar. Es realmente mágico y nunca he necesitado un editor".
Irónicamente, el éxito de los libros electrónicos de Paul ha conseguido que agentes y editoriales tradicionales se acerquen a él. Por ello acaba de firmar un acuerdo con Hodder & Stoughton para empezar a vender sus novelas en el Reino Unido.
Piper Terrett, escritora freelance y profesora universitaria, es otra autora que ha descubierto los placeres de la autopublicación.
Tras publicar un par de libros de no ficción, decidió intentar con la novela policial, pero -como tantos otros- debió lidiar con los agentes.
"Que te rechacen en 15 ocasiones es muy desalentador, especialmente si ni siquiera sabes a ciencia cierta si han leído el libro, así que básicamente no les presté atención y seguí adelante," dice.
"En ese momento, existía la sensación de que la autopublicación era el último recurso, cuando nadie más estaba interesado. Ese estigma, sin embargo, se está desvaneciendo".
Entender que incluso los más grandes autores obtienen múltiples rechazos, y que la publicación digital ahora es libre, persuadió a Piper a darle otra oportunidad a su novela. Esta vez, en sus propios términos.
Ahora dedica un día a la semana a escribir ficción y a pesar de tener poco tiempo para comercializar sus novelas, los altos márgenes de ganancia de los libros electrónicos le permiten obtener un buen ingreso que complementa sus otros salarios y todo haciendo cosas que le encantan.
"Miserable"
La capacidad de comercializar los libros electrónicos con eficacia es la clave para obtener buen dinero de ellos, dice la autora y empresaria Joanna Penn, quien dejó de lado una lucrativa profesión para ser escritora.
"Trabajé 13 años como consultora financiera y me sentía miserable. Me estaba matando. Siempre he leído mucho, pero nunca había pensado realmente en la escritura".
Pero todo cambió cuando llegaron los libros electrónicos.
Al tener la oportunidad de publicar sus propias obras, comenzó a levantarse a las 5 de la mañana para que le diera tiempo de escribir algunas palabras antes de ir a trabajar. Joanna optó por las novelas de suspenso relacionadas con la religión, por amor al género y por la esperanza de hacer dinero.
Después de su primera novela, Pentecostés, vinieron dos más y ahora vende alrededor de 2.200 libros al mes. Hasta la fecha ha vendido más de 60.000. Cuando no está escribiendo, invierte su tiempo en hablar sobre la autopublicación, enseñar a otros aspirantes a escritores y a cobrar por ello.
Joanna dice que ya gana el doble del salario promedio de una mujer en el Reino Unido y que alrededor de un tercio de sus ingresos proceden de las ventas de libros. La clave para hacer grandes cantidades de dinero, dice, es tener muchos libros a la venta.
"Conozco autores que tienen 20 libros en el mercado y producen unas 50.000 libras (US$77.500) al mes", explica.
Y no sólo los libros electrónicos generan dinero en efectivo: los audiolibros y las traducciones para diferentes mercados pueden ayudar a elevar el perfil de un autor y atraer nuevos lectores, ayudando a impulsar las ventas de libros.
Algunos autores incluso venden los derechos de algunos de sus libros a las editoriales tradicionales y mantienen el control de otros, o venden los derechos de impresión y se quedan con los libros electrónicos.
"Es muy emocionante desde el punto de vista empresarial: hay muchas oportunidades", dice Joanna.
"Por primera vez en mi vida profesional, me gusta mucho lo que hago".
Durante mucho tiempo, un pequeño número de casas editoriales establecidas ha tenido el poder de publicar libros. Gracias a internet y a los libros electrónicos, el poder está cambiando de manos finalmente y está pasando a quienes en realidad crean los libros, a sus propios autores.
Escritores frustrados de todo el mundo finalmente tienen la oportunidad de vivir su sueño y unos pocos afortunados incluso ganan dinero por ello.
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